![Pedro Navarro de Luna (1927-2021) Pedro Navarro de Luna (1927-2021)](https://amigosmusica.com/wp-content/uploads/2024/09/7-PEDRO-NAVARRO-DE-LUNA.webp)
Pedro Navarro Azorín nació el 19 de diciembre de 1927. Hijo de Blas Navarro Bañón y de María Concepción Azorín Azorín.
Sus primeros conocimientos de música y solfeo los aprenderá de la mano del matrimonio Antonio Galvañ y Carmen Olivares, quienes tratarán de convencer a sus padres para que su hijo estudiase canto y solfeo.
Con 19 años de edad marchó a Madrid, donde amplió sus estudios de música y canto.
La valiosa ayuda del ilustre yeclano Ignacio Rentero durante su estancia en Madrid, le valieron para conocer al Samuel Crespo, quien le introduciría en los ambientes de la bohemia y de la música del Madrid de la época, entablando amistad con los compositores Moreno Torroba, Pablo Sorozábal, Jacinto Guerrero o Guillermo Fernández.
En 1948, no queriendo desligarse del ambiente musical de Madrid, solicitó hacer el servicio militar voluntario, lo que le permitirá seguir estudiando y realizando sus primeras galas en distintos teatros de la capital de España.
Su primer gran éxito lo obtuvo de la mano de Carlos Alcaráz, participando con un notable éxito en el concurso radiofónico “Fiesta en el aire”. En este periodo de tiempo conoció a Pablo Puche, de ascendencia yeclana, y en aquella época director de Radio Madrid Musical y Radio Nacional de España, quien le prestó su ayuda y lo introdujo en los distintos ambientes musicales de la capital.
De 1950 a 1951 fue contratado por el Ballet de Ana Esmeralda, debutando en la ciudad de Estambul, y realizando una gira de tres meses por las ciudades más importantes de Turquía.
Finalizada esta gira, hace escala en Atenas, Nápoles y Génova, regresando a París, donde el Ballet con el que estaba contratado, actuó en el Gran Teatro de los Campos Elíseos. Allí conoció a la célebre bailarina Carmen Amaya, que quedó prendada de su voz, regresando una vez finalizado su contrato a Madrid, donde continuó sus lecciones de canto y compaginando sus estudios con actuaciones en teatros, salas de fiestas y distintas emisiones de radio.
De noviembre de 1951 a junio de 1955, fue contratado por la compañía de Pastora Quintero y Juanita Ojeda para actuar en reposiciones de zarzuela dirigidas por el maestro Guerrero en los Teatro Albéniz y Fuencarral de Madrid.
En los años 1949 y 1950, con motivo de las representaciones teatrales llevadas a cabo en el Teatro Regio y Concha Segura de Yecla, Pedro Navarro de Luna acudió de manera desinteresada, para colaborar en la recaudación de fondos para la Coronación Canónica de la Virgen del Castillo.
En 1952, dirigió su propia compañía recorriendo importantes teatros de la geografía nacional. Su interés por presentarse en su tierra natal quedó materializado en la noche del 23 de mayo de 1952 en una actuación inolvidable para el cantante ante todos sus paisanos, reconociéndole el pueblo de Yecla, su gran valía como artista y su arte escénico.
Por otro lado, Muñoz Lusarreta le dió la oportunidad de ser el protagonista y primera figura de la opereta “Violetas Imperiales”, gran espectáculo en dos actos y 17 cuadros, representada con éxito clamoroso en el Teatro Mogador de París.
Esta obra fue adaptada a la escena española por Joaquín Pérez Madrigal, permaneciendo en cartel durante seis meses consecutivos, realizando posteriormente una gira por los más prestigiosos teatros españoles como el “Calderón” de Barcelona, el “Principal” de Valencia o “Arriaga” de Bilbao.
Con el debut de “Violetas Imperiales”, Pedro Navarro de Luna se consagrará como cantante, alcanzando una gran popularidad y fama que le valdrán para ser contratado por las mejores compañías del momento, además de las continuas actuaciones en Radio Madrid presentadas por el famoso Bobby Deglané y una emisión por semana durante varios meses en el programa musical de Radio Nacional de España dirigida por el crítico musical y locutor Ángel Soler.
La dirección escénica de “Violetas Imperiales” la realizaba Gustavo Re y la dirección de la Orquesta el maestro José Olmedo. El reparto por orden de aparición lo formaban entre otros, Amalia González, Carmen Fernández, Pilar Gratal, Gustavo Re, Paquito Cano, Ana María Olaria en el papel de Violeta y Pedro Navarro de Luna en el papel principal de Don Juan.
Posteriormente, Francia, que le atraía irresistiblemente, le consagró en muy pocos años como un artista indiscutible en su género.
En 1955, contando con 28 años de edad, marchó a la ciudad de Burdeos, contratado por el empresario de Carmen Amaya, actuando en el Grand Théâtre de Bordeaux y ampliando clases de canto en su prestigioso conservatorio. La radio lo buscó y sonó por todo Burdeos, Toulouse, Pau y París.
Durante su estancia en la mencionada ciudad, efectuó importantes galas con la orquesta de René Rossell. Una vez finalizados sus contratos en el Grand Théâtre, inició importantes giras con las mejores compañías de opereta por toda Francia, Bélgica, Suiza y Alemania, incluyendo actuaciones en la Ópera de Montpellier, Lyon y Burdeos.
En el año 1958 se instaló definitivamente en París, siendo contratado por el Restaurante Barcelona, frecuentado por grandes personalidades del espectáculo, artistas, pintores y escritores españoles en el exilio, acudiendo noche tras noche a escuchar su voz.
Sus grandes éxitos como: “¡Olé! Torero”, “España y su Pasodoble”, “Que tiene Andalucía”, “Vieja España” “Embajada de amor”, “Violetas Imperiales”, “Angélica”, “Te quiero dijiste”, “Amapola” “Mallorca mía”, “De noche en Nápoles”, “Morucha”, “Candilejas”, “Morena”, “Granada”, “Napolitana Linda”, “Pensamiento musical”, “Emigrante”, “Será una Rosa”, “Coba Coba”, además de romanzas de las mejores zarzuelas, óperas y operetas españolas, fueron cantadas por este gran yeclano que llevó siempre prendido a su corazón el recuerdo de la tierra que le vio nacer por todos los escenarios donde actuó.
Pedro Navarro de Luna regresó a España residiendo en la ciudad de Ibi (Alicante), retirado de toda actividad artística en compañía de su esposa Dª Pilar Moreno y de sus hijos Blas, José, Manuel y Francisco. Con cierta frecuencia, visitó Yecla, la tierra de sus mayores, que le traía constantes recuerdos de su infancia y de su adolescencia. Una Yecla que en sus largos viajes y giras por Europa llevó siempre unida a su portentosa voz y a su corazón.
Falleció en Ibi el 17 de diciembre de 2021.